Desde desayunos, almuerzos, panes, perros calientes y dulces hasta pares de medias, accesorios, víveres, frutas, bisutería y más, podrá encontrar a su paso y disposición cualquiera que transite por las principales calles de Caracas y tenga en su bolsillo un dólar americano o su equivalente en bolívares.
Los remates de “Todo a $1” y las ofertas de 2X1 de varios productos que abundan en la ciudad, sostienen la economía popular y son tabla de salvación de muchos vendedores, que ven en los precios de ganga la oportunidad de mantenerse operativos frente a las bajas ventas, aunque con poca ganancia, y para los compradores que aprovechan la oportunidad de resolver con poco y hasta adquirir más por menos.
“Aquí se gana por la alta demanda. Hay que vender al menos 100 productos para ganar 0,30 centavos de dólar por paquete (pan), que serían $30 diarios”, comenta Silvester Chividatte, vendedor de panes y dulces en Sabana Grande. Detalla que el año pasado le fue tan bien que en solo seis meses construyó su casa “a punta de vender dulces”. En la zona también se consiguen en un dólar: blusas, zarcillos, variedad de almuerzos (arroz chino, sopas, empanadas, hamburguesas), bebidas, postres, entre otros.
“También están los día a día”, agrega César, otro vendedor del lugar, que explica que este grupo “son los que no logran juntar más de $3 diarios (vendedores de chicles y caramelos), pero suman un poquito cada día y poco a poco pueden invertir en algo que les deje más ganancia o lo que esté disponible en ese momento”. Destaca que los productos a un dólar se venden rápido, “mientras que si se ofrecen en uno punto y algo, o en dos dólares a la gente ya no le interesa tanto, porque tienen que buscar sencillo o descuadran su presupuesto”.
“Las personas buscan muchas cosas de un dólar, lo que más piden son los combos, como el de los desayunos (empanadas, tequeños o pasteles con un jugo) o el de dos perros calientes y una bebida. El que más buscan es el combo verdurero, que trae tres tomates, dos cebollas, dos papas, una zanahoria, ají y cilantro”, detalla un revendedor de la avenida Baralt, en Quinta Crespo. También se consigue por el mismo precio: aguacates, frutas, harina de maíz, de trigo, café, granos, condimentos, huesos rojos, panza de res, atún, guisantes y refrescos.
“Con un dólar puedo comprar un arroz o cinco harinas amarillas que trae la caja del CLAP, también una bolsa de 15 panes salados o tres manzanas”, asegura Brayan Alfredo, en Quinta Crespo.
Pese a que las ofertas de productos a un dólar parecen multiplicarse por la ciudad, son muchos quienes no tienen acceso a ningún tipo de divisas (pensionados y trabajadores públicos, principalmente) y quedan fuera de toda oferta, remate y promoción.
«Venezuela es una economía bimonetaria. Es decir, la gente repudió el uso del bolívar, de nuestra moneda, y se refugió en el uso transaccional de otra moneda, particularmente el dólar. Venezuela salta de la hiperinflación pero esa inflación afecta a una moneda que hoy en día es de uso marginal en las transacciones venezolanas», explica el economista Omar Zambrano, director de la consultora Anova.
En el país, al menos 67% de los pagos se realiza en dólares, y en la calle hay seis veces más billetes de dólar que de bolívares, según la firma Ecoanalítica. En los últimos meses la tasa de cambio se ha estabilizado, pero los costos en divisas no han dejado de crecer, pues en 2021 aumentaron 40% con respecto a 2020.
En 2011 la banda venezolana Desorden Público publicó el sencillo «Llora por un dólar» en el disco Los Contrarios que cantaba las penurias de ir tras el billete verde. En 2022, el año comienza con una economía aguas abajo que pende de un hilo verde con la cara de George Washington, o su equivalente en bolívares.
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