Tener dos o más enfermedades crónicas (conocidas como multimorbilidad) en la mediana edad se asocia con un mayor riesgo de demencia más adelante, según un amplio estudio de adultos británicos, publicado por ‘The BMJ’.
Entre las afecciones crónicas más comunes se encuentran la hipertensión arterial, la diabetes, las enfermedades coronarias, la depresión y la enfermedad pulmonar crónica (EPOC). Los resultados muestran que el riesgo es mayor cuando este tipo de afecciones se desarrollan a una edad más temprana (a mediados de los 50 años) en lugar de más tarde.
Los datos demuestran que la multimorbilidad es frecuente, sobre todo a edades avanzadas y en personas con demencia. Pero faltan estudios que examinen si la multimorbilidad a edades tempranas afecta al riesgo de demencia posterior.
Para llenar este vacío de conocimiento, los investigadores se propusieron examinar la asociación a largo plazo entre la multimorbilidad a las edades de 55, 60, 65 y 70 años y la demencia posterior.
Sus conclusiones se basan en los datos recogidos de más de 10.000 hombres y mujeres británicos que participan en el estudio Whitehall II, que estudia la asociación de factores sociales, conductuales y biológicos en la salud a largo plazo. Cuando los participantes se incorporaron al estudio en 1985-88, tenían entre 35 y 55 años y no padecían demencia.
Para este estudio, la multimorbilidad se definió como la presencia de al menos dos enfermedades crónicas de una lista predefinida de 13 enfermedades crónicas, excluyendo la demencia. Los casos posteriores de demencia se identificaron utilizando los registros hospitalarios y de defunción hasta el 31 de marzo de 2019.
De los 10.095 participantes, el 6,6% tenía multimorbilidad a los 55 años y el 32% a los 70 años. Durante una mediana de seguimiento de 32 años, se identificaron 639 casos de demencia.
Tras tener en cuenta una serie de factores como la edad, el sexo, el origen étnico, la educación, la dieta y el estilo de vida, la multimorbilidad a los 55 años se asoció con un riesgo 2,4 veces mayor de demencia (1,56 por cada 1.000 años-persona) en comparación con las personas sin ninguna de las 13 enfermedades crónicas.
Esta asociación se debilitó progresivamente con la edad de inicio de la multimorbilidad. Por ejemplo, a los 65 años, el inicio de la multimorbilidad antes de los 55 años se asoció con un riesgo 2,5 veces mayor de demencia (3,86 por cada 1.000 años-persona) en comparación con un riesgo 1,5 veces mayor (1,85 por cada 1.000 años-persona) en aquellos con inicio de la multimorbilidad entre los 60 y los 65 años.
En otras palabras, por cada 5 años de edad de inicio de la multimorbilidad hasta los 70 años, el riesgo de demencia era un 18% mayor.
Cuando los investigadores examinaron la multimorbilidad más grave (definida como tres o más enfermedades crónicas), la importancia de una edad más temprana de inicio de la multimorbilidad para el riesgo de demencia se acentuó aún más.
Por ejemplo, en comparación con las personas sin o con una enfermedad crónica, las que tenían tres o más enfermedades crónicas a los 55 años tenían un riesgo casi cinco veces mayor de padecer demencia, mientras que el riesgo se multiplicaba por 1,7 cuando el inicio de la multimorbilidad era a los 70 años.
«Dada la falta de un tratamiento eficaz para la demencia y sus implicaciones personales y sociales, es imperativo encontrar objetivos para la prevención de la demencia –escriben los autores–. Estos hallazgos ponen de relieve el papel de la prevención y la gestión de las enfermedades crónicas a lo largo de la edad adulta para mitigar los resultados adversos en la vejez».
Infosalus.