La mayoría vende chucherías o canta en carritos, el Metro o entrando de tasca en tasca, por citar ejemplos. Uno en particular llama la atención: José Bestilleiro, de origen español pero que de sus 88 años actuales, setenta por lo menos los tiene viviendo en nuestro país.
El hombre hace maromas con los hula hula (aros grandes que los gira) en pleno semáforo frente a la plaza Candelaria en Caracas, sea al mediodía o al atardecer. Lo hemos visto y el hombre, a pesar de su edad, tiene una condición física que muchos quisiéramos tener siendo más jóvenes.
Eso también lo notó el cineasta Oscar Rivas Gamboa, quien grabó un documental de nueve minutos 27 segundos, titulado El señor de los hula hula juega para vivir. Honestamente es un trabajo conciso y sin caer en el melodrama, que muestra la realidad de ese adulto mayor abandonado por sus familiares.
Gamboa acotó: “Como vecino de la Candelaria he presenciado su habilidad y sus carestías, lo que me motivó a hacerle un trabajo audiovisual a este personaje icónico de la capital”.
UN