‘El piercing (perforación corporal) es una práctica común para muchas personas hoy en día, podemos encontrarla en niños, hombres y mujeres por igual. Pueden haber diferentes razones culturales, religiosas o individuales para que una persona decida hacerse una perforación. Muy a menudo el piercing en el cuerpo se hace por razones estéticas, pero lo que no se sabe es que el realizarlo puede causar efectos muy nocivos’.
El Servicio de Otorrinolaringología (ORL) del Servicio Autónomo Hospital Universitario de Maracaibo (SAHUM) recibió este caso, en donde fue necesario realizar una “Exéresis” (incisión y extirpación de una lesión o absceso) en el pabellón auricular derecho, a una paciente de 22 años, procedente de Colombia, quien se trasladó a la institución buscando ayuda, por una afección causada por la colocación de un piercing, que le causó una infección, en lo que constituye el reborde más superior y externo de la oreja.
Quien expone esta afección, es el doctor Ronaldo Rondón, Médico Residente del tercer año -quien supervisado por la doctora Magdalena Porta, Adjunta del Servicio de Otorrinolaringología (ORL)- expresó “se abordó la lesión realizándose cura y cierre; posterior a la biopsia, arrojando mejoría clínica y sanación de esta patología”, explicó Rondón.
Algunos de los peligros de las perforaciones en las orejas -o en otra parte de la cara o cuerpo- lo constituyen las reacciones alérgicas y la formación de cicatrices; en este sentido, los salones de piercing profesional tienen instrucciones para el cuidado, después de la perforación, y estas instrucciones deben seguirse durante todo el período hasta la sanación total; así pues, las personas que deciden colocarse estos accesorios pueden padecer: infecciones, dolor, enrojecimiento, presencia de costra e hinchazón -en el lugar de la perforación- así como también, otras patologías que representan mayor gravedad y requieren asistencia profesional, a fin de evitar males mayores.
“La paciente, antes de acudir a ORL, presentaba aumento de volumen en la zona y como no cumplió con la administración de la antibiótico-terapia, requirió asistir hasta este centro de salud en busca de ayuda para valoración médica, donde se le realizó el procedimiento quirúrgico y biopsia, arrojando como resultado: tejido inflamatorio (lesión benigna), lográndose de esta forma la resolución de la seria infección que presentaba”, reiteró el especialista.
La implantación de piercings en la región auricular; así como en otras partes del cuerpo, es una práctica cada vez más frecuente, sobre todo en la etapa puberal (período final del crecimiento y maduración del niño) por cuanto la penetración de la piel supone una potencial puerta de entrada para la infección, así como una agresión para los procesos de cicatrización en los tejidos.
El lóbulo de la oreja es la zona tradicional de perforación, y no conlleva apenas riesgos para nuestra salud auditiva. Sin embargo, durante los últimos años se ha hecho más popular el piercing en el cartílago, que a diferencia del lóbulo es un lugar más arriesgado.
El principal motivo, según apuntan los expertos, es que se trata de un tejido menos sanguíneo, y en consecuencia existe un mayor riesgo de infección. Asimismo, el período de cicatrización va desde los cuatro meses hasta un año, en el peor de los casos, mientras que en el lóbulo la cicatrización dura máximo dos meses. Los lugares del cuerpo donde los piercings son perjudiciales incluyen: cejas, boca, lengua; y otras partes de la cara y cuerpo.
Perforarse alguna parte del cuerpo no tiene por qué suponer un riesgo, además de los síntomas comunes y pasajeros como hinchazón de la parte perforada, enrojecimiento o dolor. Sin embargo, en el 10 por ciento de los casos surge alguna de las complicaciones, que a continuación mencionamos:
-Inflamación o infección cutánea por falta de higiene
-Hemorragias: en algunas zonas donde hay mayor circulación sanguínea; como por ejemplo: la lengua.
-Cicatrices: dependiendo de cómo sea nuestra piel, el piercing tardará más o menos en cicatrizar y dejará o no una marca.
-Transmisión de enfermedades, tales como: hepatitis B o C, o VIH.
-Alergias: al material que entre en contacto con nuestra piel a la hora de perforar.
Además de la clásica hinchazón, el piercing en el oído puede traer infecciones como la periocondritis o enfermedades otológicas, como la hipoacusia (pérdida auditiva) debidas a estas infecciones. La pérdida de audición se produce gradualmente, por lo que no siempre es fácil detectarla en sus inicios.
Aunque las causas de su aparición son diversas, la infección causada por un piercing en la oreja podría ser una de ellas
La pericondritis es una infección que se produce en el oído exterior, más concretamente en el cartílago de la oreja. La causa una bacteria llamada pseudomona aeruginosa, aunque puede ser provocada por heridas, picaduras de insectos o piercings.
Los principales síntomas de la pericondritis son:
Enrojecimiento
Dolor
Inflamación de la oreja
En ocasiones puede aparecer fiebre
Suele suceder, que se acumula pus entre el cartílago y el tejido que lo rodea. Este pus, interrumpe el aporte sanguíneo hacia el cartílago y puede llegar a provocar la deformación de la oreja, algo que se conoce como oreja de coliflor.
La audición es un sentido que debemos cuidar, y para hacerlo es importante seguir una rutina de higiene, así como acudir a un especialista con regularidad, sobre todo si padecemos alguna infección. La principal recomendación, ante un malestar relacionado con este importante órgano, es acudir inmediatamente con el especialista para así evitar consecuencias irremediables.
Norgelis Gómez / SAHUM