La respuesta policial a la masacre de Uvalde (Texas, EE.UU.) ha indignado a familiares como Junior Cazares, cuya prima pequeña Jacklyn murió asesinada mientras los policías esperaban más de una hora fuera del aula donde el atacante se atrincheró.
«Espero que pierdan su licencia», dijo Cazares, quien habló con Efe delante de las cruces de madera instaladas en la plaza central de Uvalde para recordar a los 19 niños y dos maestras brutalmente asesinados en el tiroteo del pasado martes en la escuela primaria Robb.