La protesta indefinida en contra del gobierno de Guillermo Lasso sigue sumando víctimas mortales. Hasta el momento se contabiliza la muerte de tres manifestantes y dos personas que eran transportadas en ambulancias que fueron detenidas en los cierres de ruta. Además de los cinco muertos, hay más de 200 heridos.
La tarde de este jueves, un hombre que participaba de la manifestación en el parque de El Arbolito, en Quito, murió por un trauma penetrante de tórax y abdomen causado por perdigones, según publicó la Confederación de Nacionalidad (Conaie). El joven fue identificado como Henry Quezada Espinoza.
Los paramédicos que atienden a los heridos en la zona de conflicto, confirmaron que atendieron a dos manifestantes en estado crítico. Uno de ellos era Henry Quezada. En videos que fueron difundidos en redes sociales se observa los esfuerzos de los paramédicos para reanimar al joven.
Christian Rivera, paramédico de la Universidad Católica, dijo a El Universo que la tarde del jueves fue la más violenta de los doce días de manifestaciones. Rivera aseguró que las heridas son provocadas por el uso de artefactos explosivos y armas de fuego.
La Fiscalía General del Estado inició una investigación de oficio por la muerte del manifestante. La Policía del Ecuador ha señalado, en varias ocasiones, que sus agentes no utilizan perdigones y subió un video a sus redes sociales donde se observa a unos supuestos manifestantes utilizando armas artesanales en la zona.
Lo que en un inicio fue una marcha pacífica liderada por Leonidas Iza y otros representantes de las comunidades indígenas se tornó violenta luego de que la multitud logrará situarse en la Casa de la Cultura, un espacio que tradicionalmente ha servido como punto de encuentro para las manifestaciones sociales y que durante la actual crisis estuvo en manos de la Policía Nacional. Sin embargo, este jueves, el gobierno permitió la llegada de las comunidades indígenas y otras organizaciones sociales para celebrar una asamblea.
A pesar de lo anterior, la tarde del jueves, un grupo de manifestantes y la policía se enfrentaron en el parque El Arbolito, que queda junto a la Casa de la Cultura. Los enfrentamientos iniciaron a las 2:00 pm (hora local) y se extendieron durante la noche. Leonidas Iza, presidente de la Conaie, pidió a sus bases que impidan los actos violentos por parte de infiltrados.
Antes de la muerte de Quezada, en Puyo, una ciudad amazónica a 273 kilómetros de Quito, otro manifestante murió en el marco de las protestas. Sucedió el martes y según denunció el movimiento indígena la muerte del hombre se dio por el impacto de una bomba lacrimógena. El lunes pasado, un joven cayó por la ladera de una montaña. La Conaie asegura que la fuerza pública lo asesinó, mientras que la Policía se ha desmarcado del acontecimiento.
La crisis política y social en Ecuador se acrecienta. En el duodécimo día de protestas en contra de Guillermo Lasso, se siguen contando víctimas mortales y centenares de heridos. Las convocatorias al diálogo entre el gobierno y la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), que lidera la manifestación, no se han concretado. Al mismo tiempo, las jornadas se han vuelto más violentas. En medio del caos, el correísmo ha anunciado su intención de destituir al Presidente y convocar a elecciones anticipadas. La bancada de legisladores afín al ex presidente Rafael Correa busca activar la “muerte cruzada” en el congreso, pero aún necesitan votos.
La muerte cruzada es el nombre con el que se conoce a una disposición de la Constitución del país andino que consiste en la facultad del presidente de la República como de la Asamblea Nacional para interrumpir el periodo de funciones de los legisladores y del jefe del Estado, y de convocar a elecciones generales para la reposición de estos cargos en acefalía. Esta figura constitucional se incorporó al orden jurídico ecuatoriano a partir de la reforma política que expidió la Constitución de 2008, convocada entonces por el ex presidente Rafael Correa.
Hasta el mediodía del 24 de junio se conoció que dos bancadas legislativas, la de la Izquierda Democrática y la del Partido Social Cristiano, no apoyarán la iniciativa correista.