Una treintena de encapuchados prendió fuego este lunes a cuatro camiones en un predio de la región de La Araucanía, al sur de Chile, donde justo hace un año murió el joven mapuche Pablo Marchant al recibir disparos supuestamente por parte de un policía, en medio de un sabotaje a otra faena forestal.
En esta ocasión, el grupo intimidó al cuidador de la parcela para luego incendiar cuatro camiones, ocho maquinarias, un contenedor y un generador de electricidad, informaron desde el cuerpo de Carabineros.
Según medios locales, la Coordinadora Arauco-Malleco se atribuyó la emboscada, otra más de las numerosas acciones violentas perpetradas por esta organización radical que lleva 20 años liderando el movimiento «autonomista» mapuche, la etnia mayoritaria en el país.
En concreto, se trató del brazo «Toño Marchant», una célula nombrada en homenaje al joven indígena fallecido en 2021.
Este tipo de ataques se producen casi a diario en La Araucanía y en la vecina región del Biobío, que en el último año han vivido una escalada de violencia con incendios, tiroteos que dejan víctimas mortales, huelgas de hambre de presos indígenas y cortes en rutas.
Muchos de estos atentados se enmarcan en el denominado «conflicto mapuche», una enconada disputa entre grupos de mapuches —que reclaman tierras que un día les pertenecieron—, el Estado y las grandes empresas forestales que explotan estos predios.
Actualmente, la zona se encuentra bajo estado de excepción, medida que permite desplegar a los militares en la zona para que ayuden a Carabineros (Policía militarizada) a controlar el orden público.
Pese a que prometió que no lo haría y criticó a su predecesor, Sebastián Piñera, por mantener la medida durante seis meses, el presidente de Chile, el progresista Gabriel Boric, decretó el estado de excepción el pasado 17 de mayo en La Araucanía y en dos provincias de la vecina región del Biobío.
EFE