La Unión Europea ha adoptado este jueves el séptimo paquete de sanciones antirrusas, según se desprende del documento publicado en el sitio web del organismo.
Entre otras cosas, las sanciones prevén la prohibición de comprar, importar, transferir de forma directa o indirecta el oro de origen ruso, incluido el que previamente haya sido exportado a la UE o cualquier tercer país. Lo mismo se aplica para la joyería.
El paquete refuerza también el control de las exportaciones de mercancías de doble uso que podrían contribuir «al avance militar y tecnológico» de Rusia, al tiempo que amplía la prohibición de acceso a los puertos.
Asimismo, Sberbank, el mayor banco de Rusia, fue incluido en la lista de sanciones.
Por su parte, la portavoz de la Cancillería de Rusia, María Zajárova señaló que la UE continúa obstinadamente llevándose a sí misma al estancamiento.
«La UE sigue obstinada en llevarse a sí misma a un punto muerto. En el contexto de la inutilidad (…) de la política de presión a largo plazo sobre Rusia, las consecuencias devastadoras del ejercicio de sanciones de la UE para varios segmentos de la economía y la seguridad mundiales, incluidos los Estados miembros de la UE, son cada vez más evidentes», destacó.
La vocera indicó que «el Consejo de la UE ha hecho un nuevo intento de eximirse de la responsabilidad de haber provocado y agravado la crisis alimentaria y energética mundial».
En este contexto, Zajárova sostuvo que «la irresponsable política económica y energética de Occidente», junto con la pandemia del covid-19, es «la principal razón de la subida de los precios de los productos agroindustriales y de los hidrocarburos». «La situación se ve agravada por las medidas antirrusas de la UE que buscan abiertamente socavar las actividades económicas exteriores de nuestro país, incluso en el sector agroindustrial», agregó.
La alta funcionaria denunció que actualmente «los servicios de transporte, financieros y de seguros se ven gravemente obstaculizados, y las cadenas de suministro se ven interrumpidas» debido a las restricciones. «Los operadores económicos y los bancos occidentales, presionados por la promesa de duras medidas por parte de las autoridades de supervisión de los Estados miembros de la UE, están retrasando las transacciones o abandonando por completo los contratos», continuó.