El gasoducto Nord Stream 1 (NS1) reanudó este jueves los suministros de gas natural tras completarse las obras de mantenimiento programadas, según informaron desde la empresa operadora, Nord Stream AG a medios rusos y alemanes.
El bombeo de gas se había interrumpido el pasado 11 de julio, debido a las labores de mantenimiento reglamentarias; y tras su reactivación, se estima pueda transportar diariamente casi 63.9 millones de metros cúbicos del gas a consumidores europeos.
Mientras, Los suministros del gas ruso por otra ruta, a través de Ucrania, se fijarán en unos 42.4 millones de metros cúbicos, con un volumen diario de 40 a 42 millones de metros cúbicos desde finales de mayo.
Dicho gasoducto, que conecta a Rusia con Alemania en el fondo del mar Báltico, tiene una capacidad nominal de 55.000 millones de metros cúbicos al año.
Este flujo se había reducido en un 60 por ciento desde mediados de junio debido a las sanciones impuestas por Occidente a Rusia, las cuales impedían a una filial canadiense de Siemens devolver al grupo ruso Gazprom una turbina para sus plantas de bombeo.
Precisamente producto de las medidas restrictivas derivadas del conflicto ruso-ucraniano quedó paralizado en fase de certificación el segundo gasoducto submarino, Nord Stream 2 (NS2).
Respecto al volumen de entrega del NS1, se sitúan momentáneamente en el 30 por ciento de la capacidad máxima, lo cual se traduce en estimaciones de 2.66 millones de metros cúbicos por hora a lo largo de la jornada.
La disminución previa en el mismo despertó temores en los países europeos acerca de un posible corte total de los suministros rusos; ante lo cual el vicecanciller y ministro de Economía alemán, Robert Habeck, expresó que “todo puede pasar. El gas puede fluir de nuevo, incluso más que antes. Puede ser que no llegue nada”.
Por su parte, este miércoles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció un plan de ahorro de gas, el cual contempla la reducción voluntaria del consumo por parte de los países miembros del bloque; e incluso la posibilidad de tener carácter imperativo en caso de agravarse la crisis.