Este 26 de septiembre, con la reapertura de la frontera entre Colombia y Venezuela, comienza el camino para restablecer las relaciones comerciales binacionales.
Vale la pena recordar que, en agosto, a través de una rueda de prensa, los ministerios de Comercio, Industria y Turismo (Colombia) y de Transporte (Venezuela), así como gremios de ambos países, comunicaron los avances para restablecer las relaciones comerciales, tras siete años del cierre que dejaron deportaciones, pérdidas de empresas, empleos e informalidad.
De acuerdo con cifras del Mincomercio de Colombia, en 2008 el comercio bilateral superó los US$7.000 millones, pero cayó a su cifra más baja en 2020, cuando registró cerca de US$222 millones. El año pasado cerró en US$394 millones, mientras que este año (con corte a julio) la cifra va en US$383 millones.
Germán Umaña Mendoza, ministro de Comercio, y ex-director de la Cámara Colombo Venezolana y quien tiene un rol clave en este restablecimiento de relaciones, comentó al El Espectador, sobre los retos, avances y proyecciones.
Desde el cierre de la frontera de 2019 que prohibió el paso peatonal y en el que se instalaron contenedores para marcar la división, ¿cómo ha sido al comercio bilateral entre Colombia y Venezuela?
Colombia y Venezuela son socios naturales y una de las fronteras más vivas de América Latina. Hay que recordar que el comercio cayó a la cifra más baja en 2020, cuando el intercambio se acercó a los US$222 millones. En 2021, cerró en US$394 millones. Este año, al concluir el primer semestre, supera los US$318 millones.
Las exportaciones de bienes no minero-energéticos, de acuerdo con las cifras de julio, alcanzaron los US$330 millones, para un crecimiento del 126,2 % frente a los primeros siete meses de 2021.
Usted fue director de la Cámara Colombo Venezolana y tiene un panorama claro de lo que han sido estos años, ¿Cuáles son los retos y las oportunidades con el restablecimiento de las relaciones?
En este gobierno hemos identificado como una de las prioridades lograr restablecer las relaciones diplomáticas, políticas, sociales y económicas con Venezuela.
Como ministro considero que el restablecimiento de las relaciones representa una oportunidad para nuestros países hermanos.
La expectativa es tener una relación de equilibrio comercial. Son tan importantes nuestras exportaciones, como la promoción de las importaciones desde Venezuela, porque el propósito es contribuir, con nuestras inversiones y participación en la recuperación de ese país. Esto nos da la posibilidad de aportar al cambio de las condiciones mientras se recupera la estructura productiva venezolana. La apertura es muy importante en la frontera porque promoverá el comercio de bienes y servicios, entre los que se cuentan los gastronómicos e internet. También aportará a la complementación industrial y productiva.
Además, es una oportunidad para el transporte aéreo. Se acordó el restablecimiento de esas operaciones. Venezuela anunció la apertura para los vuelos desde Colombia, ahora, hay que perfeccionar los mecanismos.
¿Cuáles son los avances en el restablecimiento de la relación comercial con Venezuela?
Desde el inicio de este gobierno adelantamos un trabajo coordinado con las autoridades en la frontera con Norte de Santander para el restablecimiento de las relaciones en todas las dimensiones: diplomáticas, políticas, sociales y económicas.
Avanzamos en un trabajo de coordinación entre los presidentes Nicolás Maduro y Gustavo Petro, así como con los ministros del área económica del vecino país para alcanzar una relación estable y duradera. Adelantamos unas conversaciones profundas sobre los temas de apertura, no solo para el transporte de mercancías, sino de personas, lo cual llevó al anuncio de que este 26 de septiembre se abre la frontera. Estamos trabajando en ello. Esta relación tiene que construirse con institucionalidad y seguridad jurídica.
Desde el punto de vista técnico y logístico estamos preparados. Estamos dependiendo simplemente de las conversaciones.
Si el comercio bilateral en lo que va de 2022, y sin la reapertura, está en US$383 millones, ¿Cuáles serían las proyecciones para lo que queda del año?
No estamos hablando solo de comercio, ni de negociaciones comerciales. Hablamos de una integración real como ya la tuvimos en el pasado. Este es el gobierno del humanismo social, el gobierno de recuperar las rutas del desarrollo, de la sostenibilidad, del respeto por los derechos humanos y, sobre todo, el de disminuir la brecha de la desigualdad en nuestros países.
Por eso, hablamos en términos de comercio, es decir, exportaciones más importaciones. Calculamos que este año, sin apertura, llegaríamos a unos US$700 millones. Fácilmente, con la apertura segura y concertada, podremos estar por el orden de los US$1.000 millones, una cifra representativa.
En 2023 podríamos llegar, de acuerdo con la recuperación esperada de la economía en los dos países, a un comercio de entre US$1.800 y 2.000 millones. Para el final del gobierno del presidente Petro esperamos alcanzar un comercio de entre US$4.000 y 4.500 millones.
¿Cuántos empleos se generarían con el restablecimiento?
Uno de los beneficios que traerá este proceso en el que trabajamos con Venezuela es sin duda la recuperación de puestos de trabajo, pues los flujos de comercio, exportaciones más importaciones, tienen un efecto positivo sobre la actividad económica y, en esa medida, son potenciales generadores de empleo. Además, este proceso impulsa el modelo de desarrollo de sostenibilidad, de internacionalización, de disminución de las brechas en materia social hacia el que nos dirigimos. En términos de un número, no tenemos esa estimación.
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