Los mercados reaccionaron con optimismo a las primeras propuestas de Jeremy Hunt como ministro de Hacienda de Reino Unido. El ministro de Hacienda del Reino Unido, Jeremy Hunt, dejó este lunes sin efecto casi todas las deducciones fiscales anunciadas a fines de septiembre por la primera ministra, Liz Truss.
Tras su apurado nombramiento como ministro de Hacienda, después del cese de Kwasi Kwarteng el pasado viernes, Hunt inaugura su primera semana en el cargo con un nuevo y desesperado plan fiscal.
Hunt, que sustituye a Kwarteng, cesado tras el fiasco de la estrategia económica inicial, reconoció que ha tenido que tomar decisiones «difíciles» e indicó que se avecinan recortes del gasto público a fin de reducir a medio plazo la deuda neta acumulada.
La noticia se produjo en una sesión de la Cámara de los Comunes a la que asistió la primera ministra.
El ministro mencionó que estaba eliminando “casi todos” los recortes de impuestos anunciados el mes pasado y señaló que los recortes del gasto público estaban en camino.
Tras el anuncio, Truss defendió el desmantelamiento casi total del plan de rebajas fiscales y gasto público anunciado por el Gobierno en septiembre, ya que considera que «la población británica ahora mismo quiere estabilidad».
La primera ministra reconoció que el país se enfrenta a «graves desafíos» en medio de unas «condiciones económicas que empeoran». «Tenemos que actuar para trazar un nuevo camino hacia el crecimiento que apoye y sirva a la población de todo Reino Unido», afirmó en Twitter.
El 23 de septiembre, el Gobierno dio a conocer un paquete de recorte fiscales por 45.000 millones de libras, el mayor desde 1972, para impulsar el crecimiento económico, pero provocó la agitación de los mercados financieros y nunca llegó a votarse en el parlamento.
En cuanto a las garantías de congelación de los precios de la energía, Hunt explicó que el Tesoro llevaría a cabo una evaluación para encontrar nuevas maneras de ayudar al pueblo británico a enfrentarse a una subida en los precios de sus facturas energéticas.
Entre las medidas destaca que la tasa básica del impuesto sobre la renta se mantendrá en 20 por ciento hasta que las condiciones económicas permitan que sea recortada.
Se mantendrá el incremento de 1,25 puntos porcentuales en el impuesto a los dividendos y ya no se llevará a cabo el esquema de compras sin IVA (impuesto al valor agregado) para los visitantes extranjeros en el país.