Un oso mató a un joven de 26 años que se encontraba realizando una ruta de senderismo en el noreste de Italia, según informaron este viernes las autoridades locales. El hecho, que resultó insólito por ser la primera muerte de este tipo en el país, ocurrió el miércoles pasado y conmovió a los vecinos, quienes solicitaron que el mamífero sea sacrificado.
Andrea Papi, de 26 años, se encontraba practicando jogging durante la mañana en una zona boscosa y montañosa cerca del pueblo de Caldes en la región de Trentino, Tirol del Sur. En medio de su caminata, se cruzó con el animal, que lo hirió de manera mortal.
«Las huellas del encuentro con el oso parten de la localidad de Crocifisso, debajo de Pra del Conz, a 1.200 metros de altitud. Andrea corrió por el camino del bosque, pero de repente tomó dos curvas, por la escarpa. Las huellas de sangre y maleza revuelta continúan durante 150 metros, en una zona intransitable por el apiñamiento de ramas, hasta el tronco donde lo encontramos», precisó Fabio Anegli, responsable de la Selvicultura de Malè, una de las localidades italianas de la provincia de Trento.
Ante la ausencia del joven, su familia se preocupó y reportó su desaparición, además de solicitar ayuda a los socorristas para encontrarlo. El equipo de rescate estuvo compuesto por más de un centenar de colaboradores, entre los que se encontraban bomberos, carabineros, guardabosques y la Cruz Roja, que estaban equipados con drones y perros de búsqueda. Los canes olfatearon el rastro de Andrea y condujeron a los rescatistas al cuerpo sin vida.
A partir de la autopsia, los investigadores determinaron que «la víctima se encontraba viva en el momento del sorpresivo ataque». Además, precisaron que el joven «se defendió con sus bastones de senderismo». También adelantaron que realizarán análisis de ADN para identificar el tipo de oso que mató a Andrea.
A raíz del episodio, vecinos y especialistas solicitaron identificar al oso que atacó a Andrea para así sacrificarlo, decisión que generó polémica porque se trata de una especia altamente protegida. Incluso se notificó de esta medida al ministro de Medio Ambiente, Gilberto Pichetto Fratin, y el viceprimer ministro, Matteo Salvini. «La salud animal y la seguridad de las personas son ahora un problema que hay que gestionar con decisión», remarcó Angeli.
Annamaria Procacci, de la Asociación Nacional de Protección de los Animales (Enpa), denunció la ausencia de una política preventiva para ese tipo de animales. «El hombre no es una presa para el oso. Por el contrario, el oso es un animal particularmente temeroso que se mantiene alejado» de los humanos, explicó a AFP. Además, la ecologista lamentó la falta de esfuerzos para «desaconsejar el acceso a zonas donde hay osas con crías».
Por su parte, la ONG ambientalista Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), consideró que el oso debe ser sacrificado. «Retirar a ese ejemplar disminuye los riesgos de otros incidentes similares y mejora la aceptación de la especie por parte de la población», indicó esa organización.