La coalición de izquierdas liderada por Jean-Luc Mélenchon ha comenzado a inquietar al presidente francés, Emmanuel Macron, cuya alianza, según los sondeos, tendrá complicado reeditar la mayoría absoluta en el Parlamento, a solo tres días de la primera vuelta de las elecciones legislativas.
La campaña para los comicios que servirán para renovar los 577 diputados de la Asamblea Nacional francesa llega a su recta final con la inédita coalición de la Francia Insumisa, los Ecologistas, el Partido Socialista y el Comunista al alza.
«Mélenchon ha sabido hacerse un espacio mediático, dentro de una campaña poco seguida en Francia, debido, en parte, al calendario electoral», explicó a EFE la investigadora francesa Sandra Laugier, de la Universidad París 1 Panthéon-Sorbonne.
El hecho de que las elecciones al Parlamento sucedan después de las presidenciales, que sirvieron para reelegir en abril a Macron, ha condicionado históricamente a las legislativas. Los votantes franceses suelen optar por darle la mayoría en el hemiciclo al partido que representa al jefe de Estado electo.
Sin embargo, para Laugier, los comicios de este mes de junio (12 primera vuelta y 19, segunda) tienen la peculiaridad de contar con un nuevo movimiento, el de la Nupes, que se ha fortalecido en los sondeos, frente a la formación de Macron y a la Agrupación Nacional de la ultraderechista Marine Le Pen.
LA IZQUIERDA ENCABEZA LOS SONDEOS
Un sondeo publicado hoy por el instituto demoscópico Ipsos daba un empate técnico a izquierdistas y centristas. La Nupes encabezaría con un 28 %, seguido por la coalición «Ensemble!» de Macron (27 %). La formación de Le Pen se quedaría en el 19,5 %.
El reparto de escaños, influido por el polémico sistema a dos vueltas y no proporcional, prevé entre 260 y 300 para «Ensemble!» y entre 175 y 215 para la Nupes, mientras la Agrupación Nacional quedaría relegada a menos de 55. De este modo, la mayoría absoluta, situada en los 289 asientos, estaría en peligro para la alianza macronista.
«El eslogan, ‘Mélenchon, primer ministro’, ha logrado el objetivo de centrar la atención, aunque sea un poco utópico que él sea nombrado primer ministro», precisa la profesora universitaria.
El veterano líder izquierdista busca imponer una cohabitación que Francia ya vivió en tres ocasiones: 1986, 1993 y 1997, las dos primeras bajo presidencia del socialista François Mitterrand y la tercera bajo el mandato del conservador Jacques Chirac.
Así, aunque Macron ya nombró a su primera ministra, Élisabeth Borne, un parlamento hostil podría desembocar en un cambio de Ejecutivo. Sin embargo, el propio presidente ya alertó de que es él quien designa a un Gobierno, dando a entender de que nadie puede imponerle un nombre.
«La Constitución no obliga al presidente, pero, por la política seguida por Chirac o Mitterrand, se nombra a la persona que tiene el mandato (político)» del Parlamento, rebatió Mélenchon.
En una campaña descafeinada, el tema de la seguridad ha cobrado importancia en la última semana por los recientes episodios de supuesta violencia policial, entre los que destacan los tumultos en la final de la Liga de Campeones del pasado 28 de mayo y la muerte de una joven a disparos de unos agentes por haberse saltado un control policial en París.
Mélenchon, en su peculiar estilo procaz, encendió la mecha cuando afirmó, en relación a ese último hecho, que «la policía mata», creando la indignación del centro, la derecha y la ultraderecha.
Distanciado de la pugna electoral por imperativos legales, Macron ha acabado por implicarse de manera indirecta en la arena electoral ante los malos presagios para el domingo y ha escogido la seguridad.
El presidente se desplazó este jueves al departamento Tarn, en el sur del país y bastión electoral de Mélenchon, para hablar sobre la policía de proximidad y el refuerzo de brigadas en gendarmes en la zona.
Antonio Torres del Cerro