Uno de los corredores del toro enmaromado de Benavente ha resultado herido grave en el cuello durante la carrera que el astado Siguiñuelo ha protagonizado este miércoles por la tarde por las calles de la localidad zamorana de Benavente.
El herido fue atendido por los servicios sanitarios de forma rápida, lo que permitió cogerla a tiempo, según ha explicado a Efe el concejal de Comunicación del Ayuntamiento de Benavente, Fernando Marcos desde el hospital de campaña instalado para atender a los heridos.
El herido es un hombre de unos treinta años de un pueblo de la comarca de Benavente que fue operado de urgencia en el quirófano portátil del hospital de campaña instalado con motivo de la carrera y fue trasladado posteriormente en una UVI móvil al hospital Virgen de la Concha de Zamora.
Los servicios médicos han indicado que tras la intervención de urgencia no se teme por su vida y que el herido tuvo mucha suerte en no haber sufrido daños mayores debido al lugar de la cogida.
Ese ha sido el herido más grave de una carrera en la que también ha habido diversos atendidos por caídas y magulladuras entre ellos una persona con fractura de muñeca.
En la carrera se han dado cita cientos de corredores y miles de personas que han seguido el festejo taurino como público.
Siguiñuelo fue el astado protagonista de una carrera en la que mostró su bravura pero que estuvo condicionada por el calor primero y por la lluvia poco antes de su llegada al matadero.
La carrera estuvo marcada este año por la gran afluencia de corredores, tras dos años sin celebrarse el festejo por la covid-19, y por la jornada de calor bochornoso, que obligó incluso a suspender el desfile de peñas previo al festejo y que acabó en tormenta a la llegada de Siguiñuelo al matadero.
El toro cinqueño de 580 kilos de color negro criado en la finca Torviscoso de Peraleda de la Mata (Cáceres) y perteneciente a la ganadería Peñajara, mostró su casta Jijona en un recorrido por las calles del centro de Benavente que se prolongó durante una hora y diez minutos.
Siguiñuelo inició el recorrido en el que fue guiado por los corredores por una cuerda de 120 metros que lleva atada a los cuernos con una salida rápida y con fuerza que llevó el peligro al intentar girar hacia la derecha, en dirección inversa a la del recorrido.
El tirón de la maroma por parte de los corredores logró reconducir su carrera a la salida y el trayecto hasta la primera argolla habilitada para el descanso del toro fue bastante rápido.
Aún así no estuvo exento de la emoción y el riesgo mostrado cada vez que el astado se daba la vuelta con intención de embestir a los corredores que le seguían.
El tiempo caluroso obligó primero a acortar el recorrido debido a que la carrera de «Siguiñuelo» era cada vez más lenta y el toro presentaba cada vez más síntomas de cansancio.
El calor desembocó incluso en una tormenta de verano cuando el enmaromado de este año aún no había llegado al final de su recorrido en Benavente.
La celebración de este festejo taurino tradicional está documentado en Benavente desde el siglo XVII, mientras que el Ayuntamiento benaventano asumió su organización, siempre ligada a las fiestas del Corpus, desde finales del siglo XIX.
Junto a esa carrera que se desarrolla cada año el miércoles previo al Corpus, en las fiestas también se incluyen dos toritos del alba, con astados más pequeños pero no exentos del riesgo de la carrera principal.