El féretro de la reina Isabel II llegó el miércoles al Palacio de Westminster de Londres, donde permanecerá en capilla ardiente durante cinco días para que los británicos puedan despedirse de su reina, que será inhumada el lunes en un funeral de Estado.
Ocho militares en uniforme de gala portaron el ataúd de la monarca, fallecida el pasado jueves a los 96 años, hasta un catafalco púrpura situado en el interior del Westminster Hall, la parte más antigua del edificio que acoge el Parlamento británico.