Beijing cerró decenas de estaciones de metro este miércoles a medida que incrementa las restricciones de movimiento para contener el brote de COVID aparecido en la capital china, donde viven 21 millones de personas.
La segunda economía mundial ha estado batallando en su peor brote de coronavirus desde la primera ola de la pandemia, con la mayoría de casos focalizados en su principal centro de negocios, Shanghái, con órdenes de confinamiento desde hace más de un mes.
Las escenas de caos y enfado por las medidas en Shanghái han alarmado a los residentes en Beijing, que temen ver la capital cerrada a pesar de registrar solo unas decenas de casos diarios.
El miércoles, la ciudad registró solo 51 casos locales de infecciones, incluyendo los asintomáticos, mientras que el balance diario de Shanghái se eleva a 5.000, con un tendencia a la baja a pesar de la relajación de algunas medidas.
En la capital, los complejos residenciales con infecciones han sido confinados, muchos lugares turísticos han aplicado restricciones durante las habitualmente agitadas vacaciones del 1 de mayo y comer dentro de los restaurantes está prohibido.
Y sus habitantes han empezado a hacer acopio de comida y productos indispensables, temerosos de encontrarse repentinamente encerrados en casa.
El China World Trade Center, que incluye oficinas y zonas comerciales, ha sido cerrado temporalmente hasta el domingo.
Y el metro de Beijing anunció el miércoles el cierre de 45 estaciones, un 14% de la red, muchas de ellas en zonas bajo órdenes de confinamiento. “Las entradas y salidas de las estaciones estarán cerradas (…) pero los transbordos pueden hacerse dentro de las estaciones”, indicó el anuncio en la página de WeChat.
Además de Beijing, la céntrica ciudad de Zhengzhou también incrementó los controles para luchar contra el COVID, con los habitantes en la principal zona de la ciudad obligados a quedarse en sus complejos residenciales.
Shanghái, donde las semanas de confinamiento llevaron a críticas contra la gestión pública y el exceso de celo de las autoridades, ha tenido problemas para suministrar víveres a los habitantes confinados y en atender a los pacientes por problemas no vinculados con el COVID.
Cientos murieron en la ciudad de 25 millones de habitantes, la mayoría ancianos no vacunados.